Antes del COVID-19, Moderna estaba en peligro de provocar grandes pérdidas para sus inversores, debido a que toda su cartera de productos se vio amenazada por los persistentes problemas de seguridad y otras dudas sobre su sistema de entrega de ARNm. El miedo que causó la crisis pandémica provocó que estas preocupaciones pasaran bastante desapercibidas, aunque no existen pruebas de que se hayan resuelto.