Klaus Schwab y su Gran Reinicio fascista

Nacido en Ravensburg en 1938, Klaus Schwab es hijo de la Alemania de Adolf Hitler, un régimen de estado policial basado en el miedo y la violencia, el lavado de cerebro y el control, la propaganda y las mentiras, el industrialismo y la eugenesia, la deshumanización y la “desinfección”, en una visión escalofriante y grandiosa de un “nuevo orden” que duraría mil años.

Un laberinto de mentiras politicas

La idea de una “nación” es en sí misma una construcción, utilizada para ayudar a justificar la existencia o la posible existencia de un Estado. Esta “nación” ofrece “inclusividad”, invitando a la gente a identificarse con el Estado. El Estado ya no es considerado como “ellos”, la clase dirigente que realmente lo posee y controla, sino como “nosotros”, la nación.

Desmantelando la Tiranía

El Gran Reajuste Fascista está siendo promovido por una organización empresarial, el Foro Económico Mundial, y todo el sesgo incorporado a las llamadas agendas de “sostenibilidad” de la UE, la ONU y demás se refiere a priorizar el crecimiento y la expansión continuos de las “partes interesadas” empresariales.

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La verdad no desaparece cuando la gente deja de creer en ella. Una sociedad puede volverse esquizofrénica y luchar contra la verdad, pero la verdad siempre seguirá existiendo. Es imparcial, no partidista, y permanece para siempre, tanto si la gente cree en ella como si no.

La division politica emergente

Conforme las viejas definiciones y divisiones políticas se vuelven obsoletas y mientras surgen otras nuevas, nos encontraremos con algunos compañeros de viaje extraños. Algunos pueden acabar como firmes aliados, otros pueden acabar como oponentes o enemigos. La cuestión es que tenemos que mantener la mente abierta y ser flexibles durante esta situación siempre cambiante y a menudo confusa.

Sobre la respuesta anarquista a la pandemia mundial

Como anarquistas, la autonomía sobre la propia mente y el propio cuerpo es esencial para nuestros valores. Creemos que los seres humanos son lo suficientemente inteligentes como para decidir por sí mismos cómo evaluar su entorno y tomar decisiones sobre cómo seguir viviendo de una manera que satisfaga sus necesidades y deseos.